En la primavera de 2.009 y gracias al empuje y entusiasmo de Salva, nos liamos la manta a la cabeza con la compra de un fantástico velero Ventus b: en ese mismo momento pasamos a engrosar el club de los pilotos propietarios al que nos habíamos hasta entonces resistido a ingresar.
Recordamos con especial cariño el viaje a Munich donde nos alojamos en casa de Salva y pudimos visitar el Deutsches Museum incluído su aerodromo, aparte de tomarnos tantas cervezas como nos fué posible.Lo pasamos de maravilla ese par de días antes de recoger el Ventus y emprender el largo viaje por carretera hasta Fuentemilanos.
Una vez allí, con un frío antológico, probamos el velero en vuelo y recuerdo la cara de felicidad de Salva tras aterrizar: fué el principio de una pasión que él nos contagió en todo momento.Desde ese momento, el Ventus D-9955 GZ fué una de las ilusiones prioritarias en la vida de Salva y en la nuestra. De verdad que le echaremos mucho de menos.Fernando Correa y Juan Antonio Troya".
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